La mañana parece tan fría.
La niebla acaricia mi piel
como queriendo arrastrarme
entre sus cortinas de miel.
Aquella mañana cedía de pensar,
sólo el silencio se podía apreciar.
La mañana parece tan fría.
Mi piel esta pálida como el viento.
Me parece ser abrazado por esta corriente,
ente sus cortinas me estoy metiendo.
Como el pincel de un pintor
la niebla se mueve a mi alrededor.
La mañana parece tan fría
que en mis labios se refleja el cielo,
de un blanco gris,
de un blanco entierro.
Con la falda de la nieve.
Ya la melodía incandescente.
Aquella mañana parecía tan fría
pero el aire daba calor y cariño
así como un beso y una cosquilla
aquella mañana fría.
~o~
Angelo Blanco, 18 de agosto del 2009
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