Sopló lejos una hoja
y sintió que flotaba en el vació;
extrañaba aquella rama de olivo
que con tal ternura la había acogido.
Su suerte iba con el viento;
la corriente fría la azotaba
y el obscuro borde la quebraba
en el baile de un cruel movimiento.
Llevaba meses volando sola:
la inmensidad de las nubes
ella las conocía de sobra.
En la soledad tremenda
ella se sostenía casi roja.
Por cerca del sol paseaba,
su frágil cuerpo casi lo rozaba.
Su existencia era una cuestión,
ella la sentía pero cree que todo es una ilusión.
Su vida se fue acabando:
muy seca y vieja se estaba quedando.
Paso tiempo y sobre el suelo, el viento la posó;
había visto las nubes, había tocado el sol
cuando todo esto pasara, ella sola se rompió
~o~
Angelo Blanco, 27 de Octubre del 2011
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