ante el ruido de tu pelo,
que ya en el aire florea
hacia el horizonte perfecto.
Y que en tus labios roce el silencio
a la espera de tu risa
y de esa palabra escogida.
Que en la amarga tela yace
mi mano extendida,
y que tu perfil ya resalte
entre la vergüenza escondida.
A la caricia de mi mano
sea la tuya bienvenida.
En tus gestos, tu mejilla
sea esa enrojecida.
Para el llanto no haya espacio
en tus pestañas retorcidas.
Del beso leve de tus labios,
en tu niña relucida.
Pienso en no dejarte
y en el aire quedarme,
pero tus ojos ya están empapados,
sobre la tristeza arrojados, relajados.
Y espero que te quedes sobre el aire
así yo sabré donde buscarte.
~o~
Angelo Blanco., Viernes, 02 de Mayo del 2010.
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